sábado, 23 de abril de 2011

Hombre Lobo y Auspicios

Los hombres lobo (llamados garou en su lengua) son guerreros de Gaia (la Madre Tierra) que luchan contra el Apocalipsis, el fin de los tiempos profetizado, que anuncia la destrucción de la Tierra.
Formas que pueden adoptar
Los Garou poseen cinco formas, desde el lobo al humano, pasando por dos formas intermedias y la más conocida, Crinos, la típica de los hombres lobo. Los nombres de las 5 formas son denominadas por los propios hombres lobo como: Homínido (Forma humana), Glabro (Casi humano, el Garou aumenta en tamaño y masa corporal. Parecen vagamente humanos, aparece pelo por todo su cuerpo y las garras y dientes se vuelven afilados y puntiagudos), Crinos (Forma de combate, la típica imagen de un Hombre lobo), Hispo (Casi Lobo, como una versión temible de lobo prehistórico), Lupus (Lobo).
Todos los Bête (otras razas cambiaformas) poseen más de dos formas, apartándose de la creencia popular de que los Hombres-Bestia sólo poseían una forma más aparte de la humana.

Auspicios

El auspicio de un hombre lobo no es más que la fase lunar bajo la que nació. Aunque parece sencillo, el auspicio tiene una gran influencia en la vida del Garou, pues determina en gran medida su comportamiento, sus poderes, y sus aptitudes innatas. Hay cinco auspicios, según la luna esté en fase de luna nueva, creciente, media, gibosa (más que media y menos que llena) y llena.
  • Luna nueva: Ragabash. Ladrones, espías, pícaros, embaucadores. Se divierten jugando con los límites de las leyes, bromistas por naturaleza, buenos en esconderse, conocer secretos y de habla fácil.

Sólo un verdadero estúpido ignora la sabiduría que se oculta tras el disfraz del embaucador: Lleva la alegría a los corazones airados y la humildad a aquellos que necesitan una buena dosis de ella. Además, la Luna Nueva suele poseer una astuta perspicacia que le convierte en un respetable consejero (o cómplice). El Ragabash ocupa un extraño lugar en la sociedad de los hombres lobo. Son muchos los que recelan de sus imprevisibles gestos y su peculiar sentido del humor, aunque suelen darle la bienvenida y carta blanca en la vida diaria del clan. La Luna Nueva disfruta de una extraña flexibilidad dentro de las estructuras normalmente rígidas de la sociedad Garou. Siempre que hay tensión en el ambiente, el Ragabash la disipa, aunque se arriesgue a que una garra se abalance sobre su risueña garganta. Posee un valor diferente al del guerrero, muy valorado por los Ancianos más inteligentes. Al se el que "pone en duda los métodos", el Ragabash tiene la obligación de ser el abogado del diablo. Ser un Luna Nueva es algo más que tener carta blanca para hacer travesuras o no respetar la autoridad: es una verdadera responsabilidad. El Ragabash no debe poner en duda las tradiciones ni las leyes a la ligera, sino que debe estar bien informado para transmitir su punto de vista. No basta con sembrar la duda sobre el comunicado de un Anciano; el Ragabash tiene que contar con un argumento sólido para poder defender su opinión. Su trabajo consiste en asegurarse de que sus compañeros conozcan las dos caras de cada asunto y sepan que están tomando la decisión correcta, no la más obvia. Por supuesto, como el Ragabash domina la astucia, las tácticas insidiosas y los Dones sutiles, tambien tiene ciertas responsabilidades como mensajero, saboteador o incluso, como asesino. La Luna nueva es la luna del sigilo, y sus hijos tienen que utilizarlo para el bien de los Garou.
  • Luna creciente: Theurge. Místicos, médiums, tienen una conexión con el mundo espiritual y recuerdan vidas pasadas. Son muy buenos detectando otros seres sobrenaturales, tienen precogniciones, con sueños proféticos y son capaces de hablar con los espíritus de un modo mucho más innato.

Cuando la luz más débil de Selene brilla sobre su hermana Gaia, revela secretos sobre los espíritus y sus inmensos reinos. El Theurge es el hijo de la luna creciente y quien mejor conoce los caminos de la Umbra y sus habitantes. Algunos consideran que estos videntes son los soñadores de los hombres lobo y muchso parecen estar bastante distanciados de sus hermanos. Pueden verr y oír cosas que otros no pueden, como si vivieran tanto en el mundo físico como en el mundo espiritual. Debido a su extraña soledad, el Theurge mantiene un puesto importante en cualquier manada. Si él, los hombres lobo olvidarían el lado espiritual de su naturaleza. Si no les orientaran sus sueños y visiones, avanzarían a ciegas y perdidos. El Theurge suele ser el maestro del rito de su manada, pues es el que conoce más ritos y el que está más cualificado para celebrarlos. También suele negociar con los espíritus con los que tropieza, pues es quien tiene más posibilidades de conocer su idioma y comprender su extraño modo de pensar. Los Dones de la luna creciente le ayudan en estos cometidos, aunque es necesario tener cierto tipo de mentalidad para aprender a "pensar" como los espíritus. Cueanta más afinidad siente un Theurge por los espíritus aliados, más extraños le resultan aquellos que piensan de forma más física.
  • Media luna: Philodox. Jueces, guardianes de la letanía. Velan por el equilibrio en todos los ámbitos de la vida Garou. Son respetados por sus grandes conocimientos y su palabra zanja discusiones. Implacables ante decisiones tomadas. Grandes líderes, ya que, poseen a partes iguales la cólera de Gaia y su sabiduría, por ello evalúan la situación antes de actuar y toman el mejor rumbo.

La media luna refleja la dualidad de la naturaleza Garou: lobo y humano, carne y espíritu, furia y sabiduría, oscuridad y luz. El Philodox es el consejero, el mediador y el guardián de la ley de la manada. Del mismo modo que un Ragabash vive para reírse, un Philodox nace con la sabiduría y los deseos de juzgar imparcialmente las acciones de su pueblo, ya sean brillantes o desagradables. Intenta resolver todas las disputas que aparecen en su camino, pues ese es el papel que Selene ha reservado para él. En tiempos de paz, el Philodox de mayor rango suele ser el líder de la manada. En tiempos de guerra, puede ceder su capa al Galliard o Ahroun de mayor rango. Un Media Luna sabio no guarda rencor por ello y comprende que renunciar al puesto de líder es lo mejor. Debido a la competitividad de los hombres lobo, este comportamiento refleja perfectamente sus deseos de equilibrio y orden.
El Philodox suele adoptar la posición de alfa de su manada, aunque normalmente es un Ahroun quien la dirige en tiempos de guerra. Ocupe o no el liderazgo, de él se espera que sea imparcial; un Media Luna no puede favorecer a ninguno de sus compañeros de manada. El Philodox también tiene la responsabilidad de recordar en todo momento las leyes Garou; si un compañero está a punto de quebrantar la Letanía, el Philodox tiene que ser el primero en darse cuenta y prevenirle. Esta responsabilidad se extiende hasta más allá de la manada: a un buen Philodox le preocupa el honor de todos y cada uno de los hombres lobo con los que troieza. Por supuesto, a medida que se acerca el Apocalipsis, los Media Luna más comprometidos están perdiendo la ilusión.
  • Luna gibosa: Galliard. Bardos, narradores de historias. Inspiran a sus hermanos antes de las batallas, durante ellas y tras ellas. Recuerdan grandes hazañas de grandes héroes con las que enseñan importantes lecciones. Atesoran el saber que sólo puede transmitirse de labios de un Garou a oídos de otro. Cercanos a la luna llena, también son un enemigo a temer.

El Galliard, el amado de la cercana luna llena, encarna la alegría en sus canciones, historias y poemas. La belleza de la cara gibosa de Selene le inspira a realizar grandes proezas en el campo de batalla y alrededor de las hogueras de los consejos. A través de la sabiduría que transmite de generación en generación, mantiene con vida eternamente las tradiciones de los hombres lobo. Cuando las garras de una manada son necesarias para la batalla, un Galliard puede hacer que olvide la lástima y el pesar que siente por sí misma, y si es necesario, puede conseguir que el Philodox más indigesto llore hasta la última de sus lágrimas con la misma facilidad. El entretenimiento del Galliard adopta diversas formas: puede ser un danzante, un narrador, un músico o un poco de todo a la vez. Cuando la paz se convierte en guerra, el Danzante Lunar puede dirigir la manada; cuando vuelve la calma, canta endechas por los caídos y epopeyas por los bravos supervivientes que todavía caminan por los lugares sagrados de Gaia. El papel del Galliard es delicado. Tiene que ser el guardián de la sabiduría de su manada, conocer bien la historia Garou y ser capaz de enseñar a los demás a aprender de los errores del pasado. También es quien, en los consejos, narra las proezas de valor, sabiduría y honor de sus compañeros, asegurándose de que sus esfuerzos reciben la recompensa adecuada. En muchos casos, el Galliard es quien negociacon los mortales, del mismo modo que el Theurge pacta con los espíritus y el Philodox razona con otros Garou. Un Galliard de talento posee una buena memoria, una gran capacidad de oratoria y un espíritu valiente; su trabajo no es fácil, y para realizarlo, necesita todo el talento que pueda reunir.
  • Luna llena: Ahroun. Guerreros, la fuerza de Gaia. Estos Garou poseen una rabia desmedida que los hace temibles en combate. Rápidos en enzarzarse, se sienten cómodos en el fragor de la batalla. Muchos lucen con orgullo cicatrices de guerra y siempre están preparados para atacar. Sus habilidades en combate son inigualables.

El Guerrero disfruta de todo el resplandor de Selene, de la luz plateada que ilumina su inmensa Rabia. No duda en asestar golpes fatales; es más, no suele saber cuándo poner fin a su matanza. Aunque los hombres lobo son luchadores, los Ahroun son los hijos de Gaia más destructivos y depravados. Incluso los más jóvenes de este auspicio son temibles. Hay pocos que sean ancianos, quizás porque los Ahroun no temem morir sirviendo a Gaia; aquellos Ancianos que sobreviven se encuentran entre los mayores hombres lobo legendarios. Un Luna Llena no conoce la cobardía, sólo su sed de batalla. Al igual que los Galliard, los Ahroun sirven de inspiración a su pueblo, pero no por sus bellas palabras, sino por sus depuradas proezas físicas y su poder. Cuando la paz se tambalea, asume las riendas del poder, pues ésta es su obligación: es el primero en dirigir a su manada al combate y, si son derrotados, el último en caer. El papel que desempeña un Ahroun en la manada es simple: tiene que ser un guerrero consumado, capaz de defender físicamente a sus compañeros más débiles y proporcionar las tácticas correctas en cualquier circunstancia. El Ahroun es la personificación de la definición de adalid de Gaia.

Los Ajaba

En un principio, cuando Gaia creó a las razas cambiantes para cumplir con distintas labores, se dio cuenta de que los lobos se quedaron viviendo en las tierras del norte. Esto no estaba bien, pues no quedaba nadie que vigilara las tierras del sur.

Como a ella no le gustaba decirle a sus hijos qué hacer, decidió crear una nueva raza cambiante para que cumpliera con el rol de los lobos en estas tierras. Entonces creo a los Ajaba. En el plan inicial, los Bastet, con su versatilidad, apoyarían a los Ajaba usando sus dones como los ojos de la Madre diciéndoles a los Ajaba dónde y cuándo atacar.

Sin embargo la idea no salió tan bien.

En la época en la que Gaia creo a los Ajaba, muchos humanos tenían sociedades primariamente regidas por hombres. Había algunos matriarcados pero no abundaban. Los homínidos de estas sociedades podrían haber aceptado ser regidos por mujeres pero había otro problema que probó ser más infranqueable. En las sociedades humanas, los hombres siempre fueron los que efectuaban los combates y cacerías. Pero de la forma en que Gaia creó a los Ajaba, eran las mujeres las guerreras y los hombres los místicos. esto fue un duro golpe para los machos homínidos, pero para los nacidos de hienas, esto era natural. El conflicto creció hasta hacerse insostenible y se transformo en una guerra interna que los volvió menos efectivos en su tarea. Y los Bastet notaron esto último. Ellos sintieron que los Ajaba estaban traicionando su tarea sagrada y sus reacciones al respecto fueron variadas. Los Simba (cambiaformas leones) se suponía serían guerreros de elite que ayudarían en combate a los Ajaba, pero terminaron haciendo toda la pelea solos. Los Bagheera, jueces entre los cambiaformas de África perdieron credibilidad al no poder solucionar el conflicto de las hienas. así cada tribu creció en su desconcierto y más aún en su ira empezaron a ponerse en contra de los Ajaba y su castigo se sintió durante décadas. Eso les dio a los Ajaba la unidad que no tuvieron nunca, unidad en contra de su némesis, los Bastet.


Como consecuencia de esta falta de atención a sus labores, el Wyrm Profanador y el Comealmas hundieron sus colmillos en las tierras de África.

Los Ajaba se fueron aislando protegiendo sólo sus tierras a su antojo sin ninguna intención de asistir o ayudar a las otras razas cambiantes. Los Bastet se molestaron y especialmente los Simba decidieron que si no podían persuadir a los Ajaba de proteger a Gaia, al menos les harían notar lo estúpido de sus acciones.

La guerra continuó hasta hace pocos años y terminó con la casi extinción completa de los Ajaba, luego de la muerte del autocoronado rey de los Ajaba a manos del Mas tiránico y cruel de los reyes Simba que ha tenido el continente negro; Colmillo Negro y su orgullo La tormenta Interminable.

En un principio, cuando Gaia creó a las razas cambiantes para cumplir con distintas labores, se dio cuenta de que los lobos se quedaron viviendo en las tierras del norte. Esto no estaba bien, pues no quedaba nadie que vigilara las tierras del sur.

Como a ella no le gustaba decirle a sus hijos qué hacer, decidió crear una nueva raza cambiante para que cumpliera con el rol de los lobos en estas tierras. Entonces creo a los Ajaba. En el plan inicial, los Bastet, con su versatilidad, apoyarían a los Ajaba usando sus dones como los ojos de la Madre diciéndoles a los Ajaba dónde y cuándo atacar.

Sin embargo la idea no salió tan bien.

En la época en la que Gaia creo a los Ajaba, muchos humanos tenían sociedades primariamente regidas por hombres. Había algunos matriarcados pero no abundaban. Los homínidos de estas sociedades podrían haber aceptado ser regidos por mujeres pero había otro problema que probó ser más infranqueable. En las sociedades humanas, los hombres siempre fueron los que efectuaban los combates y cacerías. Pero de la forma en que Gaia creó a los Ajaba, eran las mujeres las guerreras y los hombres los místicos. esto fue un duro golpe para los machos homínidos, pero para los nacidos de hienas, esto era natural. El conflicto creció hasta hacerse insostenible y se transformo en una guerra interna que los volvió menos efectivos en su tarea. Y los Bastet notaron esto último. Ellos sintieron que los Ajaba estaban traicionando su tarea sagrada y sus reacciones al respecto fueron variadas. Los Simba (cambiaformas leones) se suponía serían guerreros de elite que ayudarían en combate a los Ajaba, pero terminaron haciendo toda la pelea solos. Los Bagheera, jueces entre los cambiaformas de África perdieron credibilidad al no poder solucionar el conflicto de las hienas. así cada tribu creció en su desconcierto y más aún en su ira empezaron a ponerse en contra de los Ajaba y su castigo se sintió durante décadas. Eso les dio a los Ajaba la unidad que no tuvieron nunca, unidad en contra de su némesis, los Bastet.

Como consecuencia de esta falta de atención a sus labores, el Wyrm Profanador y el Comealmas hundieron sus colmillos en las tierras de África.

Los Ajaba se fueron aislando protegiendo sólo sus tierras a su antojo sin ninguna intención de asistir o ayudar a las otras razas cambiantes. Los Bastet se molestaron y especialmente los Simba decidieron que si no podían persuadir a los Ajaba de proteger a Gaia, al menos les harían notar lo estúpido de sus acciones.

La guerra continuó hasta hace pocos años y terminó con la casi extinción completa de los Ajaba, luego de la muerte del autocoronado rey de los Ajaba a manos del Mas tiránico y cruel de los reyes Simba que ha tenido el continente negro; Colmillo Negro y su orgullo La tormenta Interminable.



Al igual que los Garou, los Ajaba se pueden dividir por su raza y su auspicio aunque estos últimos no tienen nada que ver con Selene y son llamados Aspectos. Los clanes de los Ajaba tienen estructuras parecidas a las tribus de los Garou aunque no tienen diferencias culturales tan grandes ni nombres definidos, de hecho si se les debe llamar de alguna manera se les suele llamar con el nombre del miembro más notable del clan (ejemplo; "el clan de Hayani")

Razas


La raza está definida por quien es tu padre o madre que no es un cambiaforma, si es humano serás Homínido, si es hiena serás Hyaena. Si ambos son Ajaba serás un Metis. A diferencia de los Garou las funciones de los Ajaba están tan definidas por los auspicios (para ellos llamados aspectos) como por el género. Las hembras son las guerreras y asesinas correspondientes a los Ahroun y Ragabash de los Garou, mientras que los machos se convierten en los cuentacuentos (Galliard) y los místicos (Theurge).

Homínidos


Tienden a ser de origen Indú o Africano, pero, dada la amplia diversidad racial del continente negro, pueden tener casi cualquier ascendencia.

Metis


La mayoría de los metis son hermafroditas. A diferencia de los Garou, entre los Ajaba no existe ningún tipo de desprecio por los metis, esto sobre todo animado por el hecho de que estuvieron al borde de la extinción. Aun así los metis no suelen asumir cargos demasiado importantes quedándose en las orillas de la sociedad como ayudantes antes que líderes.

Hyaena


Los nacidos de hienas tienen una conexción más próxima con Gaia de lo que podrían tener los homínidos y los metis. Esto es especialemtne cierto en los machos, cuya espiritualidad es equivalente a la de los lupus de los Garou.

Aspectos


Durante décadas pasadas se consideraba a todos los Ajaba como Ragabash. La reestructuración de su sociedad ha cambiado esto y ahora existen 2 aspectos principales y cabe la posibilidad de que en el futuro aparezcan más. Los Ajaba eligen sus dones según los equivalentes en los auspicios de los Garou (excepto el philodox, posición que no existen entre los ajaba). los Metis pueden elegir entre ambas listas de cada aspecto (las listas de los machos y las hembras)

Alba


Machos: Los machos del aspecto Alba se vuelven cuentacuentos en una versión Ajaba del rol del Galliard de los Garou

Hembras: Las hembras nace llenas de Rabia y se vuelven las Guerreras de los Ajaba en su combate contra el Wyrm

Crepúsculo


Macho: Los machos del crepúsculo se vuelven por completo al estudio de los secretos de Gaia, de entre ellos salen algunos de los místicos más poderosos que se hayan visto.

Hembra: Las hembras del crepúsculo aprenden a dejar su marca en el mundo de maneras más sutiles, expresando su rabia de formas más parecidas a los Ragabash de los Garou.

Las cinco formas de los Ajaba


Las 5 formas que pueden asumir los Ajaba son funcionalmente las mismas de los Garou. Aunque estos últimos son más fuertes que los Ajaba, estos no son menos temibles en combate.



Homínido


Indistinguible de un humano normal, suelen ser gruesos. Tienen un aire de agudeza mental inquietante y a veces algunos sueltan risas maniacas cada cierto tiempo.

Anthros


Es un híbrido de humano con características de hiena, con énfasis en las capacidades del primero. Sus extremidades se alarga, el pelo se vuelve salvaje y todo el conjunto es inquietantemente inhumano.

Crinos


Esta forma esta completamente adaptada para el combate. Ligermante más pequeña que las de los Garou, es un balance perfecto entre humano y hiena. les da la mayor protección de todas las formas y además es capaz de manipular armas.

Crocas


Esta forma es una hiena del tamaño de un oso pequeño y su mordida causa un daño degeneradamente masivo.

Hyaenid

De apariencia igual que una hiena normal, es rápida y excelente para hacerse uno con el ambiente.

Los Wendigo

Los Wendigo. Los Autodenominados Puros son una de dos tribus americanas que existen actualmente junto a los Uktena. Principalmente se encuentran en las zonas nativas de Norteamérica, en zonas salvajes y nevadas como Alaska. Los Wendigo tienen fama de ser fríos, sanguinarios y violentos (Como la representación de su Totem el Wendigo), pero en realidad son una tribu altamente espiritual y conservadora, la cual promueve la conservación de sus tradiciones cultuales y espirituales junto al eterno dolor causado por la destrucción de sus hermanos los Croatanos. Debido a la desaparición de estos, son recelosos de las tribus europeas, aunque mantienen en buenos términos las relaciones con los Caminantes Silenciosos, los Garras Rojas y las Furias Negras. Al ser los guardianes de las zonas salvajes, sus conocimientos de cacería y supervivencia, junto a su contacto ritual con los espíritus los presentan como unos de los adversarios más fuertes en su eterna lucha con el Wyrm.

Tan orgullosos como los Colmillos Plateados y tan llenos de rencor como los Garras Rojas, los Wendigo se consideran los más puros de los Puros y los Garou menos mancillados por el Wyrm. Según su filosofía, los hombres lobo europeos han sido rozados por el Wyrm: los Croatanos fueron sacrificados y los Uktena han contaminado su sangre con la de los Portadores del Wyrm, los invasores europeos.

Apariencia: Virtualmente, todos los Wendigo descienden de los pueblos nativos de la zona septentrional de Norteamérica (aunque se afirma que algunos proceden de Siberia). A cuetro patas parecen grandes lobos americanos que han hecho del tundra su hogar. Sus pelajes tienen diversos matices de gris, por lo que se desvanecen como fantasmas en el bosque.

Parentela: Todos los descendientes de los Wendigo son pueblos nativos que se amontonan en las reservas o viven en las zonas salvajes tal y como hicieron sus ancestros. La tribu es afortunada por tener una proporción relativamente elevada de Parentela lobo en libertad por las tierras norteñas.

Territorio: Los baluartes de la tribu son Canadá, Alaska y las llanuras de los Estados Unidos, pero también se pueden encontrar en reservas, debido a la fuerza de su pueblo, o en las ciudades de los Portadores del Wyrm, luchando contra los diablos que habitan en ellas.

Tótem Tribal: Wendigo

viernes, 22 de abril de 2011

Algunos Familiares De Los Hombres Lobo

Como recordarán, un hombre lobo es un hombre o mujer que durante las noches de luna llena se convierte en lobo y sale a los bosques a atacar a los viajeros. Generalmente se convierte en hombre lobo después de haber sido atacado por uno de estos animales o bien, como parte de una maldición.

Sin embargo, también es posible encontrar algunos seres humanos que después de algún accidente, de su muerte o de ser atacados, durante las noches son capaces de convertirse en bestias distintas a los lobos y, a diferencia de los hombres lobos, no siempre son criaturas malvadas; veamos algunos ejemplos:

En China y en Japón se hablaba de los hombres zorro, que eran zorros que habían vivido más de 500 años en un cementerio, cuando se convertían en humanos lo hacían con el propósito de engañar y hacer daño a la gente.
En Gales se pensaba antiguamente que las brujas podían convertirse en liebres malvadas con el propósito de beber la leche de las vacas de los granjeros; también se creía que podían pronunciar hechizos para convertir a los aldeanos en animales e incluso se pensaba que al morir se convertían en lobos que atacaban a gente inocente.

Algunas leyendas de los países del norte de Europa, especialmente Noruega, contaban la historia del Príncipe Bjorn quién fue hechizado por su madrastra y se convertía todas las noches en un gran oso que salía a sembrar el terror entre sus pobladores. Era tal el terror que causaba, que su propio padre, sin saber del hechizo, contrató a cazadores para que lo mataran; cuando el oso fue cazado, su madrastra invitó a toda la población a un gran banquete de celebración cuyo principal platillo fue el oso que ella misma cocinó y sirvió.
 
 
Otras leyendas escandinavas contaban también de Odín, el dios de la guerra, quien siempre fue un guerrero valiente pero que convertía a sus enemigos o cualquier guerrero que no fuera lo suficientemente valiente, en jabalíes.
 
Por último, en Alemania se contaba la historia de Hatto, un obispo que fue cruelmente atacado y devorado por ratas, que eran los espíritus de los campesinos que Hatto había asesinado.